lunes, 21 de octubre de 2013

La busqueda del culpable



Es verdaderamente preocupante la capacidad que tiene la sociedad para culpar a los demás de los problemas, sin ver que de ella misma emanan la mayoría de ellos. Probablemente usted no se haya percatado, pues es un problema tan antiguo, tan arraigado y ya tan común que pasa inadvertido en la mayoría de los casos.
                El verdadero problema es que todos culpan al gobierno de sus males, sin darse cuenta que son ellos mismos la causa. Y no es que me haya vuelto parte del sistema y lo defienda, siempre me ha parecido ineficaz y hoy más que nunca; la verdadera cuestión es que la sociedad no ha aprendido a asumir la consecuencia de sus actos, prefieren culpar a alguien más.
                Como ya lo expuse antes, muchos de nuestros problemas vienen desde casa, una y otra vez se fomentan actos que, al pasar el tiempo hacen que la gente sea corrupta; esto podría ser una exageración, pero es lo que nos aleja de países más desarrollados, no solo es la calidad de la educación que ellos pueden tener, es también la falta de valores y conciencia –que como sociedad- nunca nos han fomentado. Los ejemplos más claros los puede notar en su vida diaria; al niño que en vez de regañarlo, se le aplaude por que en vez de estudiar, copió el examen, al que se coló en la fila y nadie le dijo nada, al que se roba un dulce –o cualquier objeto- y se le elogia “por ser abusado”, al que golpea a los demás y se le motiva porque “así aprende a defenderse y mostrar su importancia…”
                Todos esos ejemplos crean personas carentes de valores y lo peor es que nadie hace nada para evitarlo, culpando a las escuelas, a los amigos, los videojuegos, a la tele, pero no se dan cuenta que el verdadero culpable es el padre –y madre-  que toleran estas situaciones. Estos niños al crecer, son personas que no respetan los derechos de los demás, se estacionan en zonas prohibidas o en doble fila “5 minutos nada más”, se pasan los semáforos en rojo “porque llevan prisa”, gritonean, pisotean, y humillan a la gente “porque no son iguales a los demás”, si por alguna razón algún patrullero los detiene le ofrecen dinero para evitar la multa o ya muy comúnmente les presumen sus influencias, así es como ésta clase de gente –que es la mayoría-  es la causante de nuestro pobre desarrollo como sociedad.
                Así pues, en un país desarrollado si alguien olvida algún objeto –o dinero- muy seguramente  lo encontrara donde lo dejó, en esta parte del planeta si alguien lo ve, ya está pensando cómo sacarle provecho, aun cuando la persona que lo haya olvidado este en las cercanías. Si hay que formarse; todo siempre lleva un orden, nadie empuja ni trata de colarse, aquí la cosa es todo lo contrario, nadie respeta el espacio y derechos de los demás.
                Hace algunas semanas dos fenómenos meteorológicos afectaron a nuestro país, uno por el lado del golfo de México y el otro por el océano Pacifico. Muchos perecieron y miles perdieron todas sus posesiones, una autentica desgracia. La cuestión es que muchos responsabilizan al gobierno por ello, y si bien la ineficaz administración no hizo mucho para evitarlo –sobre todo porque no podía- también es cierto que la población tampoco tomo las medidas necesarias, ya sabían desde días antes que algo andaba mal, prácticamente en todos los noticieros se daba la alarma pues eran dos ciclones y venían directo. Si a eso sumamos que muchas viviendas estaban construidas al lado de ríos y en las faldas de cumbres poco seguras, el desastre era inminente. Las perdidas aun hoy se siguen contando, pero, ¿quién es el verdadero culpable? Saque usted sus propias conclusiones.
                Pretender culpar sólo al ineficaz gobierno –en cualquiera de sus niveles- es querer tapar el sol con un dedo y hacerse tonto uno mismo. El verdadero culpable es aquel que le permite al régimen hacer lo que le venga en gana, el culpable es aquel que no exige lo le corresponde, el culpable es aquel que destroza los bienes de la nación y después se esconde detrás de la multitud gritando que lo quieren reprimir “y sólo hace uso de sus derechos”. Quisiera saber en qué parte dice que un cobarde encapuchado puede dañar la propiedad pública, lanzar proyectiles explosivos y puede salir libre. Ese tipo de personas son las que nos detiene como sociedad, las que hacen que aquellos que en verdad luchan por una sociedad justa sean vistos como una molestia.
                Como comentario final le diré, que mientras  este tipo de cosas sean toleradas y aplaudidas, incentivadas en vez de controladas, la frase  “cada sociedad tiene el gobierno que merece”, parecerá cada vez más despectiva, sólo recuerde, que siempre se cosecha lo que se siembra…

Estaríamos mejor con... la verdad no lo se

Después de tanto tiempo, de casi perder mi acceso y mis claves, aquí traigo un nuevo escrito, esta vez, inspirado en un todo y en nada;...