Pues como habrán notado el martes
se publicó un pequeño poema, y a decir verdad no soy un gran escritor, la
lírica no es lo mío; estoy consciente de que, Neruda y Monsiváis deben estar
revolcándose en sus respectivas tumbas después un escrito como ese, pero que le
he de hacer, lo tenía ahí y debía publicarlo. Sobre todo por el mensaje
involucrado, ya que alguien me dijo que esas palabras se pueden “mal
interpretar” pues he ahí porque las digo, nada en este mundo es gratis ni tan
simple, todo tiene un motivo.
Debo
aclarar que no pienso publicar toda la semana, solo que algunos martes y jueves
–ya que los fines de semana son sólo para mí- escribiré algunas cosas que no
tienen que ver mucho con el blog, pero que al final, son pensamientos que o
bien deseo compartir o simplemente purgarlos
de mí, de mi mente y así tal vez pueda alejar esas tormentas que opacan a mi
ser.
Y
tampoco es que viva atormentado todo el tiempo, no, no vivo en continuos
altibajos emocionales, lo que si es cierto que a veces me afectan demasiado las
cosas que me rodean, los problemas en el trabajo, en mi casa, las
preocupaciones de mi familia, de mis amigos y conocidos, a veces me agobian, y
no es que convierta en mías sus angustias, ya que al final son problemas que
sólo ellos pueden resolver, además siempre he defendido mi individualidad, no
he permitido que nada ni nadie interfiera con mi vida, sería muy hipócrita de
mi parte tratar de entrometerme en los asuntos ajenos.
Pero tantas
privaciones, tantas injusticias y tanto desdén por todos lados me abruman, pues
no comprendo por qué la sociedad puede permitirse vivir así. Lo que a veces me
ha hecho cuestionarme ¿en verdad así es la gente? ¿Son ellos los locos o soy yo
el desequilibrado que busca algún pretexto para estar inconforme?
Es por eso que
este pequeño post se titula así, porque a veces necesito escribir algo, no
necesariamente algo importante o con alguna enseñanza; simplemente, en
ocasiones, es necesario dejar salir todas esas cosas que tengo en la mente,
relajarme y seguir con el día, pues al final mañana siempre habrá algo nuevo
que contar, no se puede vivir en el pasado, no se puede ni se debe vivir con
recuerdos, rencores y angustias que ya no pertenecen a nuestro presente.