Pues si mis estimados lectores,
todo en esta vida es cuestión de actitud, y también de seguridad. Esto no
quiere decir que si se es positivo e insistente siempre se obtendrán los
resultados deseados, no; en este mundo no hay garantías, lo único que es
seguro, es que en algún momento nuestra vida llegará a su fin.
A
lo que me refiero es que primero debemos aprender a valorarnos, saber que –como
personas- sin importar nuestras circunstancias no somos lo que se puede ver,
pues no somos valorados por lo que poseemos, si no por el peso de nuestras
acciones.
Igual
de importante es conocer nuestras capacidades, saber qué es lo que podemos y no
podemos hacer, por ejemplo yo soy consciente de que jamás seré un gran pintor,
no tengo la habilidad ni la paciencia para crear una obra de arte; sin embargo
puedo resolver problemas que a la mayoría le resultan imposibles; así pues
conozco mis fortalezas y debilidades.
Una
vez que se conozca así mismo a fondo, hay que saber cómo beneficiarse de esas
fortalezas, para cubrir esas debilidades, como lo escribí en post anteriores,
hay que saber aprovechar lo que la vida nos da, cada uno de nosotros posee
habilidades y características únicas, y que no solo nos distinguen de los
demás, sino que son las herramientas que necesitamos para triunfar, solo es
cuestión de explotar esas habilidades y esquivar en lo posible los
obstáculos creados por las debilidades.
Así
pues, ya con la valoración propia y el autoconocimiento, es más sencillo
afrontar cualquier situación en la vida, esto no quiere decir, que ahora será
fácil, pero sí que ya tendremos las herramientas necesarias para continuar. Y
es que si conoces cuanto vales, es más sencillo tener una meta clara y
alcanzable, dejando de perseguir sueños inalcanzables, que en vez de traer
felicidad, pueden llevar a la más amarga realidad.
La
parte complementaria es seguridad en uno mismo, confianza en lo que se sabe y
lo que se puede hacer, no se puede vivir con temores, pues el miedo no solo
ciega, sino que es capaz de alejarte más y más de las metas y logros que se
tengan propuestos. Dicho de otra forma cuando queremos algo, se debe tener en
mente que la respuesta más probable sea: no. Pero no por eso se debe detener,
siempre hay que continuar y buscar ese sí; ya sea para un trabajo, proyecto o
una relación, cualquier cosa.
Aunque
–y debo añadirlo, porque eso también puede suceder- es que si después de darlo
todo la respuesta sigue siendo no, se pueden tomar 2 caminos, los cuales
dependen mucho de las circunstancias de ese NO; uno es aceptarlo, de todas
maneras y como mínimo ya se está seguro, ya se tiene la respuesta, no una
inventada en la mente, se sabe que es un seguro y rotundo no. Y el otro camino
es analizar cuáles han sido las fallas, que es lo que se puede hacer y buscar
el sí.
Solo
recuerden algo muy importante, se puede
voltear y mirar las huellas, que no es más que el camino que se lleva recorrido,
pero retroceder jamás, no se puede vivir de recuerdos, eso aniquila el futuro,
como alguien me dijo en alguna ocasión “retroceder nunca, ni siquiera para
tomar impulso” lo que ya paso no lo podemos cambiar, en cambio lo que nos
espera si, y si seguimos sin importar cuantos obstáculos nos encontremos, lo
que tenga que ser será.
“Cuando tropieces con
piedras en tu camino, no las esquives, recógelas; pues al final podrás hacerte
un castillo”