Pues bien mis estimados lectores
como lo comente en el post de presentación del blog mi meta no es convertirme
en un gurú ni un mesías, no pretendo descubrir
el hilo negro. Mi objetivo principal es compartir todas esas experiencias y
conocimientos que puedan serles de utilidad; y no es porque tenga las
respuestas a todo; de hecho no soy ni filósofo, psicólogo, sociólogo ni nada
parecido, mi campo de estudio es la economía y el campo laboral que me ha
marcado ha sido en la política –es por eso que ésos temas son recurrentes en el
blog- pero a veces las personas necesitan ayuda y no saben a quién recurrir, ni
como buscar esa respuesta… pues bien
yo estaré aquí para aquellos que deseen leer y aprender a mirar las cosas con
otro enfoque.
Cuando
se hace esa pregunta: ¿Qué hacer? Es mera retórica, ya que la pregunta puede
ser la misma para todos, pero la respuesta es única y depende de las
circunstancias y realidades de cada individuo. En términos más sencillos la
verdadera pregunta no es ¿Qué se debe hacer? Ya que la mayoría ya sabe la respuesta
a esa pregunta, solo que las dudas los ciegan y creen incierto el resultado;
no, la pregunta esencial a toda encrucijada en la vida no es ¿Qué? Sino ¿Por
qué?
Cuando
hay dudas con respecto a alguna decisión en el futuro, normalmente solo hay un
par de opciones, es por eso que cuestionarse acerca de las posibilidades no
sirve de mucho, es mejor cuestionar los motivos, dejar de lado los temores –que
tampoco son malos- y encontrar la motivación y razón que nos llevara a tomar la
decisión adecuada.
¿Por
qué tener temor/miedo a algo no es malo? La respuesta es simple, todos y cada
uno de los animales –incluidos, por supuesto los humanos- sienten temor ya que
es una herramienta básica de la mente, pues permite detenerse y analizar mejor
las circunstancias; un ejemplo sencillo y que se puede observar a diario; es
cuando se trata de cruzar una avenida, muy instintivamente el cuerpo se detiene
por unos instantes cuando los vehículos se aproximan, ya que es en esas
fracciones de segundo cuando se analiza si es mejor cruzar o quedarse en ese
lugar para no correr riesgo, todos y cada uno han pasado por lo mismo, puede
que no sea muy notorio pero así es, en instantes se es capaz de calcular si
dado el número de vehículos y su velocidad, se puede caminar, correr o
simplemente permanecer quieto.
El
problema viene cuando el miedo se adueña de esos seres y quedan totalmente
paralizados, ya saben que están en peligro, saben que deben apartarse o
continuar, pero dado que el temor se ha convertido en pánico, el cuerpo no es
capaz de responder y es así como algunos terminan bastante mal.
Es
por eso que tener miedo no es malo, pues ayuda a pensar mejor; y del mismo modo
tener dudas acerca de cualquier circunstancia tampoco es incorrecto; pero como
lo he escrito, es mejor cuestionarse por los motivos y resultados de cada decisión
y no por las opciones, ya que al final, saber las diferentes variantes no
garantiza tomar un resultado favorable, en cambio saber las consecuencias de
cada hecho, puede ayudar a planificar mejor cualquier suceso.