Pues bien, hace unos días, en las
redes, hacía eco de mis demonios, que me tenían intranquilo, algunos se
preguntaban a que me refería, pues bien empezare por decirles que todos y cada uno
de nosotros nacemos con una dualidad bastante peculiar, y es que todos somos
capaces de hacer las cosas más favorables y generosas o ser tan viles y bajos
como nuestros límites nos permitan. Todo depende de nuestra personalidad,
educación y, porque no decirlo, de nuestra conciencia.
Así
pues cada quien tiene dentro de sí una parte buena y una mala, y ya es decisión
propia a quien hacerle caso y cómo actuar en consecuencia. En lo particular
trato de mantener encadenados a mis demonios internos, pero no encerrados y es
que a veces me son útiles, pues son ellos, los que me ayudan a mantener la
mente fría, a esperar el momento adecuado y actuar, son los que me mantienen
firme, no importa cuán dura sea la caída, me motivan a seguir, pues son mi
orgullo y mi ego –al menos los más peligrosos y dominantes- que al final son lo
único que me queda cuando todo lo demás falla.
Si mi mente es fría y analítica es gracias a
ellos, y si, se ve que no es bueno, pero algo que también es cierto es que en
esta vida ni todo sin espinas ni todo son rosas. A veces y solo a veces es
necesario dejar salir esa parte de cada uno si es que se desea salir airoso de
algunas situaciones. Con esto no quiero decir que es necesario humillar y
pisotear para conseguir lo que uno desee, no; me refiero a que a veces es
necesario mantener la cabeza fría y el corazón caliente, retirase y pensar la
mejor estrategia, encontrar el punto débil del oponente y atacar en el momento
adecuado, ya que si no se hace de esa manera, la otra opción es rendirse
definitivamente y eso es algo que jamás me podre permitir.
Pero como lo
escribí líneas atrás, es necesario tener cierto control; ya que tampoco se
puede permitir que esos demonios deambulen libremente y nos hagan cometer actos
de los cuales, después nos podemos arrepentir.
El problema es
que lo único que mantiene “a raya” a esos seres es mi voluntad, mis ganas de
continuar y no perder de vista mis objetivos; pero como cualquier otro ser
humano, a veces mi voluntad se doblega, mi ánimo decae y termino por caer en
las vorágines de la depresión.
Con el tiempo
he aprendido a levantarme por mi mismo, a continuar sin necesidad de alguien
más; el problema es que no es algo inmediato, igual transcurren los días y esos
seres me invaden, me atormentan y me susurran cosas al oído, cosas nada
agradables; por las noches continúan con su martirio y convierten el más
sublime de mis sueños en terribles pesadillas.
Es por esta
razón que comentaba que el día que cambie mi forma de ser, no será nada bueno,
ya que cuando ese tiempo llegue –si es que en algún momento sucede- dejare
libres a esos seres, pues ya nada más importará, seré finalmente vencido y todo
lo que alguna vez fui, dejara de existir por completo. Si se ve como algo muy fatalista pero es probable que así
suceda.
Con esto no
vaticino un mañana gris o incluso oscuro y tormentoso, no. Ya que no sé qué es
lo que la vida me tiene preparado, no sé qué es lo que sigue, de lo que si
estoy seguro es que sin importar lo que sea, seguiré de frente y si he de caer
y ser vencido, al menos caeré luchando contra todo lo que la vida me ponga
enfrente.