Hace tiempo que te conozco, y
debo decir que fue meramente casualidad; jamás olvidaré ese día, pues desde ese
momento mi vida cambió, en ese instante no lo supe, no tenía como saberlo, pero
fue una verdadera fortuna aparecer justo cuando necesitabas ayuda.
Recuerdo
que solo te pude dar unas vagas indicaciones, ya que en ese momento no conocía
el lugar. Aun así seguías mis indicaciones, de hecho recorrimos parte del
camino juntos, al tiempo que me platicabas cosas triviales de tu vida.
Al
poco nos separamos, debías seguir un camino y yo otro totalmente diferente, aun
así seguimos en contacto, e incluso encontramos una solución a tu problema,
aunque ya un poco tarde.
Grande
fue mi sorpresa al encontrarte nuevamente, aun sin planearlo. Como seguías
necesitando ayuda, y yo no tenía nada que hacer decidí seguir a tu lado. Recuerdo que recorrimos
grandes distancias buscando lo que necesitabas, yo te ayudaba en lo que podía,
pues si bien tenía algo más de experiencia, aún seguía siendo un inexperto.
Desde
ese día decidí tenerte entre mis contactos, si bien no te conocía de nada, me
divertía mucho compartir momentos contigo, me gustaba lo que decías, tus planes
y todo lo que íbamos aprendiendo mientras recorríamos aquellos lugares.
Me
contabas tus andanzas y yo mis desventuras, compartíamos tanto, que pasaban
horas y horas, que para mí eran solo un instante, a veces nos anochecía y no
importaba, estaba contigo y me divertía muchísimo.
Pasaban
los días y te encontraba por todos lados, lo cual me fascinaba, ya que poco a
poco mi interés por ti crecía, aunque tenía miedo. Tenía temor de que no
sintieras lo mismo por mí, ya que jamás habías mostrado ningún interés en
especial por mí, pensé que solo veías en mí a un amigo para las aventuras, pero
me lleve una gran sorpresa cuando me propusiste tener otras formas de
contactarnos.
El
tiempo pasaba y cada día estaba más extasiado por ti, sabía que en ese momento
compartías tu vida con otra persona, pero por lo que me contabas no te hacia
feliz, tal vez era solo compañía, pero nunca lo supe. Aun así y a pesar de la
gran distancia que nos separaba, no dejaba de pensar en ti.
Era consciente
de que había muchas dificultades en nuestro camino, y que no sería nada fácil,
pero jamás perdí el ánimo, recuerdo las cosas que te escribía y las canciones
que te dedicaba, no podía dejar pasar esa oportunidad, ya que antes había
compartido momentos de mi vida con otras mujeres, pero con ninguna me sentía
tan feliz, ninguna alegraba mis días ni hacia placidas mis noches.
Me alegraba
saber que era correspondido, y que también te interesabas por mí; aunque sabía
que no me querías de la misma forma en que yo te amaba, estaba contento, pues
ya tenía toda tu atención, incluso recuerdo que conseguí 2 joyas iguales para
usarlas por siempre.
Lamentablemente
nuestra historia terminó muy abruptamente, hable de más y con la persona errónea,
lo cual nos trajo problemas a ambos, estaba destrozado ya que no esperaba que
todo acabara así. Debo reconocer que nunca había llorado tanto ni había estado
tan triste por ninguna otra mujer con la cual haya terminado.
El tiempo
siguió su curso y nos encontramos de nuevo, me sentí algo alegre aunque
comprendí que ya nada sería igual, lo cual confirme, ya que a pesar de mis
esfuerzos solo tenía respuestas vagas y
evasivas. Compartimos unos instantes, pero fueron bastante sosos.
Por circunstancias
ajenas a ambos, perdimos totalmente el contacto. De hecho pasaron muchos meses
y no había forma de saber de ti. Aun así y en cuanto me fue posible regrese a
aquellos lugares en los compartimos muchas aventuras, incluso trate de hacer
contacto contigo, pero nada, incluso me alegre cuando tu contacto cambio de
color, indicando actividad. Trate de comunicarme, pero mis esperanzas eran
vanas, era otra persona.
Los meses transcurrían
y yo ya había perdido todas mis esperanzas, incluso me interesaba en otras
mujeres, pero ninguna era como tú, y no me refiero a su aspecto, conocí a
mujeres atractivas, interesantes y atrevidas, pero absolutamente nadie podía
llenar tu espacio, ya que lo que más me gustaba de ti no era como te veías, ni
lo que hacías, sino lo que eres como persona, me gusta ese ser, sensible y a
veces tímido, pero que siempre sabia como hacerme reír y que a pesar de todo lo
ruda que fue la vida, aún seguía ahí, esperando lo mejor.
No tienes idea
de lo feliz que fui cuando de pronto recibí un mensaje de tu parte, no decía mucho,
pero dada su naturaleza sabía que eras tú, no podía ser otra. Salte de gusto
cuando me confirmaste que habías vuelto y me buscabas, debo decir que me sentí tan
alegre que perdí completamente la noción del tiempo y espacio, no sabía dónde
estaba ni lo que hacía; en ese momento lo más importante es que estabas de
nuevo “cerca” de mí, si es que a eso se le puede decir cercano.
No relatare lo
que sucedió, basta decir que de nuevo me sentía feliz, compartíamos de nuevo alegrías
y tristezas, reíamos y recorríamos caminos juntos, nos ayudábamos en lo que podíamos,
nuevamente nos pusimos en contacto de otras formas y ahora sabia más de ti.
Me dolió saber
que habías pasado por tan malas situaciones y yo no estuve ahí para apoyarte,
pero aun así seguiste tu camino y ahora estábamos de nuevo juntos.
Sé que aún no
me quieres del modo en que me gustaría, pero eso no evita que mis pensamientos estén
contigo, si haz vuelto a mi vida es por algún motivo, y yo aún sueño en el día
en que por fin pueda estar a tu lado, no como tu amigo, sino como tu
indiscutible compañero de vida, de aventuras y desventuras, ese que estará ahí siempre
para tenderte la mano y no caigas; ese que realmente te amara tal y como lo
mereces y que espera ser parte de toda tu vida. No se si ese sueño se pueda convertir en realidad, pero ten por seguro que haré lo que sea para cumplirlo.