Retomare el tema de la formación
que viene desde el hogar, ya que ésta es igual o más importante que la que se
pueda recibir en cualquier institución educativa; pues es la que en el futuro
crea sujetos capaces de desarrollarse armoniosamente en su entorno o, por otro
lado, seres de lo más vil, que sólo se preocupan por si mismos sin importar el
daño que puedan causarle a los demás. Así como los niños y niñas no nacen con
un instructivo y nadie nos enseña a ser padres, tampoco nacemos con Doctorado
en ser buenos hijos, la educación y formación de valores desde pequeños es vital,
pero hay que saber cómo hacerlo y esa es la parte difícil.
El
primer gran error en el que cae la gente es creer que por que ya son adultos –y
en el caso del post, padres y madres- tienen sabiduría en todo lo que dicen,
que de su boca sólo salen verdades absolutas y por ningún motivo alguien más
puede tener la razón. Muchos crecieron en ambientes así, pero pocos fueron
capaces de sortear esos obstáculos en sus vidas. Algunos incluso se han
enfrentado a padres tan rigurosos que pedían
permiso hasta para jugar; el peor y gran colmo de la niñez…
EL
problema con estos padres es que su única justificación cuando piden hacer algo -o más bien ordenan como si fueran sargentos- es decir por qué te
lo ordeno yo, porque soy tu madre/padre… Quino lo ejemplificó de maravilla con
una caricatura de Mafalda; “si es cuestión
de títulos, nos graduamos el mismo día…” En resumen, no basta ni es prudente
decir que solo porque si, es muy autoritario y crea bastantes problemas,
diferente seria la situación si se explicara el motivo; Es decir “tienes que
hacer esto, por estas razones…” así el
pequeño –y los no tanto- comprenden que deben hacerlo porque hay una razón de
por medio y que al final es algo que deben hacer sin miramientos. El otro lado de la moneda son padres tan
permisivos, que pierden toda autoridad ante sus hijos, que son unos auténticos
rebeldes que no entienden ninguna razón.
Ser un padre
autoritario es tan malo como ser un padre totalmente desatendido; ambos crean
adultos muy complejos, que si bien no siempre tienen problemas, sería ideal que
fueran siempre gente plena. EN resumen es bueno que los pequeños tengan límites,
pero tampoco tantos que no sean capaces de hacer nada, ni tan libres que hagan
lo que les venga en gana. Encontrar la medida justa entre reglas y libertades
no es fácil.
Enseñar que
todo en esta vida tiene un costo pero que a veces las cosas más simples son las
que más se disfruta, que solo el que se esfuerza triunfa pero humillar a los demás
no te hace mejor, que hay que valorarse pero también hay que compartir, que
estar solo a veces es bueno pero siempre se necesitan amigos, a ser felices con
lo que tienen pero no conformarse con poco, todas estas y más lecciones son las
que se deben enseñar e inculcar desde pequeños. Recuerde el principal trabajo
de un niño es crecer y disfrutar, no es un pequeño soldado al que pueda
ordenar, pero tampoco es un pequeño hippie,
los niños no son tontos, sólo ingenuos por su falta de conocimiento; también tenga
en cuenta usted sin importar su edad siempre aprenderá algo, no siempre tiene
la razón y tener un hijo y mantenerlo NO basta, lo maestros enseñan, pero un padre
educa.