lunes, 8 de septiembre de 2014

Los tiempos cambian, el amor no

Pues ya estoy de regreso en el blog, si bien mis últimas ausencias son breves; considero que tengo ciertas deudas con aquellos que aun y después de ya casi un año, me siguen leyendo. Siendo así, no me queda más que agradecerles a los que siguen leyendo este pequeño blog, en verdad agradezco el tiempo que le dedican a leer todas esas ideas que aquí expongo.
                Antes de continuar con el tema de este post, les diré que siendo fiel a mis ideales y siguiendo mis propios consejos, regreso con nuevos aires, con nuevas ideas y dejando atrás las cenizas de lo que fue; ya que sin importar que suceda, la vida continua estemos o no preparados para ello… Dicho esto, continuemos con la idea del post.
                Hace unos días estaba charlando con alguien, cuando salió ese tema (el del amor y la modernidad) y pues me pareció bastante curiosa y peculiar la forma en que las personas justifican ciertos actos, ciertas realidades que ellos llaman amor.
                Antes que nada, he de decir que ya tenía algo pensado para este tema, sobre todo cuando leí una cita de Neruda: “es tan corto el amor y tan largo el olvido” idea que a mi parecer es incorrecta o al menos mal expresada; y como dije antes para muchos será un sacrilegio que contradiga a flamante escritor, pero considero que mínimo está mal usada la cita.
                Y es que el amor, no solo es intenso es además absoluto e incondicional.  Y es aquí donde muchos llegan a confundir otros sentimientos como el cariño, el aprecio o simple costumbre; cosa que ya explique en otro post. Siendo así, cuando el amor es breve, se puede decir que es todo menos amor, incluso se puede querer a alguien intensamente, vivir grandes aventuras y eso no significa que de verdad se ame a dicha persona. El amor de verdad es duradero y resiste prácticamente cualquier cosa, deja de lado orgullos, amarguras y casi todo tipo de situaciones; realmente lo único que puede destruir un amor verdadero es la muerte. Y si alguien lo pensó, una infidelidad igual lo destruye, pero si hay traición es que alguno en verdad no amaba.
                Otra realidad que hay que separar es el amor y el sexo; ya que en esta sociedad “tan evolucionada” donde ya no es un tema tan tabú, hay quienes piensan que ambas cosas están íntimamente ligadas, y no es así, se puede amar sin nada de sexo y se puede tener sexo perfectamente sin nada de amor; así pues y muy a pesar de los idealistas y románticos, ésta es una realidad que no se puede negar.
                Las tecnologías han traído nuevas formas de acercarse a la gente, de conocer y experimentar. Ya no son sólo las típicas redes sociales, ni sólo los mensajes; hay un sinfín de nuevas formas de interacción, virtuales, pero interacción al fin; lo que hace que, y en apariencia, haya muchas formas de expresar el amor. Pero en verdad no importa la época, da lo mismo si es el siglo XVI, el XXI o el XXV, el amor no cambia, no importan las tecnologías, ni ideas ni apariencias… como ya lo escribí antes, el amor es incondicional, absoluto y atemporal.

No hay más que decir o en este caso escribir; Amar es eso mismo, amar. No importan fechas, circunstancias ni hechos, es como ya lo mencione, absoluto. Dicho de otra forma si en verdad no ama, no pierda ni le haga perder su tiempo a las demás personas, no confunda obsesiones ni otros sentimientos con el amor; ya que al final no sólo se daña a si mismo, también termina lastimando a más personas.

Estaríamos mejor con... la verdad no lo se

Después de tanto tiempo, de casi perder mi acceso y mis claves, aquí traigo un nuevo escrito, esta vez, inspirado en un todo y en nada;...