Pues ya estoy de regreso en el
blog, si bien mis últimas ausencias son breves; considero que tengo ciertas
deudas con aquellos que aun y después de ya casi un año, me siguen leyendo.
Siendo así, no me queda más que agradecerles a los que siguen leyendo este
pequeño blog, en verdad agradezco el tiempo que le dedican a leer todas esas
ideas que aquí expongo.
Antes
de continuar con el tema de este post, les diré que siendo fiel a mis ideales y
siguiendo mis propios consejos, regreso con nuevos aires, con nuevas ideas y
dejando atrás las cenizas de lo que fue; ya que sin importar que suceda, la
vida continua estemos o no preparados para ello… Dicho esto, continuemos con la
idea del post.
Hace
unos días estaba charlando con alguien, cuando salió ese tema (el del amor y la
modernidad) y pues me pareció bastante curiosa y peculiar la forma en que las
personas justifican ciertos actos, ciertas realidades que ellos llaman amor.
Antes
que nada, he de decir que ya tenía algo pensado para este tema, sobre todo
cuando leí una cita de Neruda: “es tan corto el amor y tan largo el olvido”
idea que a mi parecer es incorrecta o al menos mal expresada; y como dije antes
para muchos será un sacrilegio que
contradiga a flamante escritor, pero considero que mínimo está mal usada la
cita.
Y
es que el amor, no solo es intenso es además absoluto e incondicional. Y es aquí donde muchos llegan a confundir
otros sentimientos como el cariño, el aprecio o simple costumbre; cosa que ya
explique en otro post. Siendo así, cuando el amor es breve, se puede decir que
es todo menos amor, incluso se puede querer a alguien intensamente, vivir
grandes aventuras y eso no significa que de verdad se ame a dicha persona. El
amor de verdad es duradero y resiste prácticamente cualquier cosa, deja de lado
orgullos, amarguras y casi todo tipo de situaciones; realmente lo único que
puede destruir un amor verdadero es la muerte. Y si alguien lo pensó, una infidelidad
igual lo destruye, pero si hay traición es que alguno en verdad no amaba.
Otra
realidad que hay que separar es el amor y el sexo; ya que en esta sociedad “tan
evolucionada” donde ya no es un tema tan
tabú, hay quienes piensan que ambas cosas están íntimamente ligadas, y no es así,
se puede amar sin nada de sexo y se puede tener sexo perfectamente sin nada de
amor; así pues y muy a pesar de los idealistas y románticos, ésta es una
realidad que no se puede negar.
Las
tecnologías han traído nuevas formas de acercarse a la gente, de conocer y
experimentar. Ya no son sólo las típicas redes sociales, ni sólo los mensajes;
hay un sinfín de nuevas formas de interacción, virtuales, pero interacción al
fin; lo que hace que, y en apariencia, haya muchas formas de expresar el amor. Pero
en verdad no importa la época, da lo mismo si es el siglo XVI, el XXI o el XXV,
el amor no cambia, no importan las tecnologías, ni ideas ni apariencias… como
ya lo escribí antes, el amor es incondicional, absoluto y atemporal.
No hay más que decir o en este
caso escribir; Amar es eso mismo, amar. No importan fechas, circunstancias ni
hechos, es como ya lo mencione, absoluto. Dicho de otra forma si en verdad no
ama, no pierda ni le haga perder su tiempo a las demás personas, no confunda obsesiones
ni otros sentimientos con el amor; ya que al final no sólo se daña a si mismo, también
termina lastimando a más personas.