lunes, 5 de mayo de 2014

Cuestión de valor, cuestión de ignorar

Pues el título del post puede parecer confuso, pero el tema –como casi todo lo que publico- llegó a mí por mera casualidad, en par de ocasiones encontré el mismo dilema: Preguntar y saber toda la verdad sin importar cuál sea, o continuar ignorando y seguir como si nada pasara.
                No con esto les daré la razón a los mediocres que piensan que entre más ignorante es una persona más feliz puede llegar a ser, eso no tiene que ver; ya que por un lado la mayoría hace referencia al conocimiento científico, al adquirido a base de estudio y preparación; y en este post hablaremos de otra cosa totalmente diferente: si es en verdad necesario preguntar cosas que no se está dispuesto a saber o comprender.
                En casi todos los casos la premisa es la misma, alguien exigiendo verdades y respuestas que al final no estaba dispuesto a escuchar, y que al final solo sirvieron para empeorar las cosas. Es por eso que el título del post es así, pues se requiere valor para preguntar, pero aún mas para aceptar las cosas que probablemente se lleguen a escuchar. Es por eso que no se debe preguntar lo que no se está dispuesto a saber; si es cierto, las dudas a veces pueden llegar a ser los peores enemigos, pero hay cosas que siempre es mejor ignorar, porque esas en verdad pueden llegar a consumir a las personas como ser.
                Pero por otro lado ¿qué tanto se debe ignorar de cualquier persona? La respuesta es ambigua pero obvia: sólo lo suficiente, no es necesario conocer toda la vida de cualquier persona para conocerla realmente, ya que lo verdaderamente importante no es lo que puede decir, si no lo que hace, el valor de las personas no está en su pasado borrascoso, sino en sus acciones, aquello que lo hace diferente a los demás, todo aquello, que puede hacer que valga la pena o no.
                ¿Saber toda la verdad de algo en verdad beneficia? Ésta es mera retórica, pero si la respuesta es no… ¿Entonces para que desea saberlo? Lo único que puedo compartirle ante este dilema es lo siguiente, si con cada respuesta a las preguntas que hace, no obtendrá nada de valor, algo que pueda mejorar las cosas o simplemente alguna especie de beneficio, es mejor no preguntar, pues entonces se cae en el chisme y eso para nada sirve.
                No pregunte lo que no está dispuesto a saber, no busque lo que no desea encontrar, y sobretodo deje que las cosas surjan solas, si debe enterarse de algo, tarde o temprano lo hará, si debe encontrar algo para usted, al final le llegara. Entrometerse en donde no le llaman es buscar problemas, y normalmente los encuentran, así pues les dejo la siguiente reflexión ¿vale la pena enterarse de todo o es mejor dejar de buscar todas las respuestas?

“La curiosidad mató al gato… pero ese gato murió sabiendo”

Estaríamos mejor con... la verdad no lo se

Después de tanto tiempo, de casi perder mi acceso y mis claves, aquí traigo un nuevo escrito, esta vez, inspirado en un todo y en nada;...