martes, 19 de abril de 2016

Luna

Hace mucho tiempo que no escribía nada en el blog, y es que entre el trabajo, la falta de ideas y un poco de decidía hacen que pierda un poco el interés en seguir con esto. Pero de la misma forma no pienso abandonar un proyecto al cual le dedique horas y horas, días, semanas… años.
                Hace tiempo que te conocí, no mucho, pero la medida podría ser en horas y minutos e inclusive segundos y aun así me parecería que es toda una vida. Para mí es irónico haberte conocido en aquellas circunstancias: Por un lado fui a tomar alcohol por coraje, frustración y desprecio; comprendo que estar en estado etílico no soluciona nada pero en esa ocasión lo necesitaba; y por otro lado estabas tú, una chica que justo ese día se quedaba sin hogar.
                No daré más detalles de ese día, pero a pesar de todo, lo recuerdo muy bien; y puedo decir con certeza que a partir de ese momento hay un antes y un después en mi vida. Realmente no me interesa lo que opinen los demás… ellos no saben lo que yo sé, no han visto lo mismo que yo y no han contemplado a la mujer que pude admirar ese día.
                Con el paso de los días me animaba a seguir contigo, a pesar de todo, a pesar de las diferencias y las discusiones que tenemos, son más importantes esas cosas tan únicas que compartimos, además todas esas confesiones que nos hemos hecho; lejos de alejarnos, creo nos han unido un poco más, al menos de mi parte.
                Para mí, fue vital aquel día en el que me confesaste ese “pequeño” detalle de tu pasado, no sé qué imaginabas que pasaría, igual y esperabas que me fuera de ese lugar o que interrumpiera abruptamente la comida… la verdad es que pocas cosas me sorprenden y esa no fue una de ellas. Y no lo sabía, ni lo esperaba, pero cuando quieres a alguien, lo aceptas con todo su pasado, su presente; sus defectos y virtudes.
                Sé que hemos pasado muchas cosas buenas y otras no tanto, esa noche en la moto cuando tratabas de conducir, o esas veces en la comida china, esas discusiones interminables por teléfono, esas risas a media calle… al final somos tan parecido que no sé si sea bueno o malo.
                Eres mi luna, solo mía, y no lo digo como si fueras un objeto, sino como parte de mí, eres de esas personas que te marcan para toda la vida; sabes parte de mi pasado, me lo has criticado; has sido participe de algunas aventuras, cómplice de unas y culpable de otras más.
                Lo único que no comprendo es porqué aun te niegas a seguir conmigo, la verdad no lo entiendo, me molesta que siempre tengas algo que pedir y nada que ofrecer; y cuando he deseado algo, tu respuesta sea vaga, sin sentido y con pretextos rebuscados. Me intrigas, y eso solo me hace quererte más… tal vez no lo sepas pero me encanta el misterio, lo que nadie quiere ver o decir es lo que más me interesa.

                Sólo me queda decir que tienes la respuesta final, como siempre tienes la última palabra, pero del mismo modo te repito, no voy a esperar toda la vida ni a tolerar siempre tus desplantes, así como tú no tienes que aguantar “mis dramas”… así que vienes o voy. 

Estaríamos mejor con... la verdad no lo se

Después de tanto tiempo, de casi perder mi acceso y mis claves, aquí traigo un nuevo escrito, esta vez, inspirado en un todo y en nada;...