martes, 9 de diciembre de 2014

Libertad no es anarquía

Así es mis estimados lectores -si es que aún me queda alguno- ser libre, es más que hacer lo que quieres porque, y como ya lo he dicho antes, las libertades terminan justo donde empiezan las de las demás personas. Ser libre es vivir sin temores ni ataduras, no pisotear a todo y todos solo porque sí.
            Es por eso que me molesta la actitud arrogante de muchos al creer que, por ser unos entes libres, pueden hacer lo que les plazca sin que nadie tenga el derecho a decirles ni negarles nada, y el mundo no funciona así.
            Independientemente de las leyes que cada nación tiene que limitan o restringen ciertas libertades, existen además, leyes no escritas, normas que todo ser humano conoce y, en teoría, debería tratar de respetar, no por ser rígidos, o adherentes “al sistema” sino por simple civismo y convivencia social.
            Aquí he de decir que esa fue mi molestia cuando compartí unas imágenes de alguien sentado en el transporte y una madre con sus pequeños ahí de pie, y más allá de las vagas respuestas que recibí –ninguna grata por cierto- lo que en verdad me causo un malestar fue ese “tanto que hablas de libertad, y te ofendes cuando alguien es libre…” mi cuestión sería ¿qué tiene que ver el hecho de que seamos libres con ceder un asiento a alguien que en verdad lo necesita? No me interesan tus vagos y anarquistas argumentos -he de confesar- como lo dije es simple convivencia y civismo; es lo que nos separa, culturalmente hablando, de sociedades más o menos avanzadas.
            Cierto es que ese simple ejemplo no nos hace ni mejores ni peores, pero seré insistente podrás ser libre de quedarte en ese lugar, ya que es tu decisión, pero ese es solo un granito de arena en toda la tormenta de problemas a las que la sociedad se enfrenta; en resumen si todos respetaran un poco esas normas no escritas, no dejarían de ser libres, pero si tendríamos una mejor convivencia.
            Y es que parece que aún no queda claro el concepto de libertad, y no me refiero a moverse libremente, me refiero a dejar atrás todo tipo de ataduras: miedos, angustias, temores, fracasos, limitaciones y una larga lista de etcéteras. Así una persona aun en la más infame de las priones puede ser completamente libre; mientras el más acaudalado ser poder ser prisionero de sus ambiciones, de sus miedos e incluso de sí mismo.
            Un ser libre sabe que destruir la propiedad, cerrar avenidas, carreteras o incluso una polvorienta calle, no sirve de nada, pues al final solo obstruye a los demás ciudadanos que igual buscan un modo de seguir adelante, alguien que es libre sabe que la mejor forma de conseguir algo mejor no es estar inconforme, sino insatisfecho y buscar y luchar por algo mejor.

            Ser anarquista no es ser libre, porque hasta para ser un completo rebelde hay un manual que seguir...

Berinches





Esta es una entrada que llevaba tiempo planeando, pero que no sabía ni como empezar ni como terminaría, ya que está cargada de ira y a la vez de una gran decepción; meses han pasado y mi pesar es grande, no por otra cosa, si no que me demostró que puede mucho más el orgullo y la mala influencia, que el deber y los consejos; pero al final y como lo he dicho siempre jamás me entrometeré en las decisiones de los demás si éstas no me afectan a mi o mis seres queridos y esta vez, por muy libre que seas te excediste; no con el rumbo que le diste a tu vida, sino todo lo que ello involucró.
            Aún recuerdo aquel viernes, más allá de los hechos de ese día, porque me sentía terrible; llevaba una semana no solo traicionándote, confesando todo aquello que juré moriría conmigo, sino que además me traicione a mí mismo, mi esencia y todo por lo que he luchado; me convertí en el ser que más desprecio… un vulgar traidor. Y no es porque me haya presionado u obligado, sino porque vi que mis palabras eran desechadas, preferías seguir escuchándolo a él, aun cuando mil y un veces te dije y demostré que no tenía la razón, ambos sabemos que hasta par de semanas atrás estabas mucho más interesada en “el Huicho” que en él, y muchas veces me confesaste que sólo estabas con él por no estar sola.
            Eso lo acepté, aun recomendándote que no jugaras con sus sentimientos, porque aun con todo el odio que sentía, ninguna persona merece eso; y por tal motivo supe que cuando me preguntaste “¿ahora me crees que si lo amo?” haciendo clara alusión a un encuentro íntimo, me di cuenta que ya estabas perdida; porque a pesar de todo sigues siendo una niña caprichosa que no entiende que el sexo no es amor, créeme jamás ame a ninguna de las mujeres a las que les llegué a pagar por caricias.
            Es por eso que decidí hablar, tal vez demasiado tarde, y no por gusto créeme, aun hoy eso me mata por dentro día a día; pero algún remedio debía encontrar, parece que no te das cuenta, pero te diré, no solo faltabas a clases, te perdías por horas en lugares desconocidos, cambiaste y más que tu familia parecíamos un estorbo; y sé que no eres así, decidiste cambiar y por darle gusto, que es lo peor que cualquier ser puede hacer; porque al final le diste la razón cuando te escribió aquella carta, cuando rompió tus discos; no eras la persona que el quería y te odiaba y tu lejos de recular y alejarte, le diste gusto. Le demostraste abiertamente que eres capaz de renunciar a todo, incluso tus sueños por darle gusto, y eso mi estimada no es amor, uno no destruye su vida por alguien, la compartes y renuncias a ciertas cosas, pero jamás haces eso, te lo dije y te lo han dicho miles de veces, pero hasta que tu orgullo no te deje ver, jamás lo sabrás. Los berrinches de ambos los han llevado a lugares que estoy seguro no esperabas, y que soportas porque no te queda más.
            Y me sorprendió aún más su actitud cobarde, ya que cuando te has presentado aquí, incluso con él, vienes cuando está el más vulnerable de los seres, ya que sabes que hiciste mal, y no me interesa tu cara de mustia, sabes que aun hoy te aprovechas de él; pero al final esa es decisión de ambos. Y para darle un mejor sabor a esto el otro se atreve a escribirme e insultarme diciéndome “niño berrinchudo” cuando le amenacé, como si por decirme esas cosas él fuera más hombre y eso le diera la razón, créeme si alguno de los 2 tuviera la razón no tendrían porque esconderse hasta en las redes para que nadie los viera; saben perfectamente que esto está mal y que tiene sus días contados.
            Mi coraje, no es por tu decisión ya que es tu vida, mi ira es porque con tal de darle gusto heriste de una forma muy dolorosa a mi familia y eso es algo que jamás le he perdonado a nadie, ni siquiera al “fulano” al cual sólo le habló porque al menos él está más consciente de su situación y ha intentado hacer las cosas bien. Y otra gran razón es porque sé que si yo hubiera tomado cualquiera de las decisiones de mis hermanos, ese hubiera sido el motivo suficiente para que a mí me olvidaran tal y como es el deseo de mis progenitores, lo sé, lo he sabido desde hace mucho.
            No me queda más que decirte una cosa, y es que si no he actuado, no es por cobardía, ni porque me interesen sus “acciones legales” sino porque aún tengo asuntos que resolver en mi trabajo y el día que yo actúe, será porque ya no tengo nada pendiente aquí. Así como tu tomaste tus decisiones, yo ya tome las mías, y sin importar lo que opinen los demás así será; además y tomando las palabras del vendedor de discos, yo…” también estoy grande y sé lo que hago”. Sólo agregare que no esperaba tal acto de cobardía, y si es una cobardía porque mientras tu te escondes, yo sigo enfrentando las consecuencias de tus actos, sigo limpiando rastros y enfrentándome a toda la "majada" que dejaste, y no te ilusiones no lo hago por ti, no lo vales; la verdad ya no  lo vales, lo hago porque mi familia vale cada hora perdida limpiando tus porquerías.

Estaríamos mejor con... la verdad no lo se

Después de tanto tiempo, de casi perder mi acceso y mis claves, aquí traigo un nuevo escrito, esta vez, inspirado en un todo y en nada;...