Hace un par de semanas, con Sólo se vive una vez, se tocó el tema de
la vida y –por decirlo de alguna forma- sus consecuencias y entorno. Pues bien
hoy me gustaría continuar con el tema en cuestión. Aquel fue un post de crítica
y superación –si es que se le quiere mirar así- el de ahora, un tema más
sofista y filosófico.
En
aquel post escribí algo que podría ser confuso o del alguna forma no ser tan
claro para algunos lectores y es que la vida es difícil. Dependiendo de su
orientación filosófica, a este mundo llegamos disfrutar, a sufrir o a repetir
lo mismo una y otra vez. Dejando de lado a Kierkegaard, Nietzsche, Schopenhauer,
Kant y demás pensadores, pero sobretodo a las ideologías teológicas; a lo que
en verdad venimos es a vivir.
Sabemos
que este mundo no es de caramelo, no todo es felicidad, y muchas veces es
demasiado injusto desde la perspectiva de algunos; pero del mismo modo tampoco
es un mundo salvaje, lleno de maldad y brutalidad, donde toda esperanza es
vana. Los optimistas dirán que lo importante es esperar la luz del amanecer,
los pesimistas que el temor de la noche, los realistas dirán que para el que
exista el día, es necesaria la noche; para el bien está el mal, para que se
pueda sentir vivo, se debe conocer la
muerte; en fin… lo importante es saber que así como no todo son espinas,
tampoco todo son rosas.
Pero
¿qué es vivir? No es el simple acto de respirar, de tener un corazón que lata,
comer y dormir, no. Si bien esa sería la explicación lógica, en el estricto
sentido filosófico vivir es despertar cada mañana con la firme intención de
seguir adelante, es saberse parte de un mundo, el cual puede seguir sin
nosotros, pero del mismo modo siempre jugamos un papel en su desarrollo. Es
saber aprovechar las cosas que la vida misma nos da, que eso que se ve como un
obstáculo no es más que un reto que puede desarrollar nuestro potencial.
Y
es que vivir es algo más complejo, por eso algunos fracasan y toman medidas
desesperadas, buscando siempre atajos que en vez de ayudarlos, los complican
más y más; Otros mas optan por medidas aún más drásticas y terminan con su
vida; ya lo escribí antes y se lo repito, si vivir fuera fácil cualquier ser
por innocuo que sea, lo haría. Todo en este y en cualquier mundo que exista
tiene un costo, y no me refiero al monetario, no; me refiero al esfuerzo y
empeño que se debe poner en alcanzar una meta.
El problema es que muchos no consideran ese costo, creen que cualquier
esfuerzo por pequeño que sea, ya merece una recompensa y no es así. Grandes
metas, requieren enormes esfuerzos, sacrificios y muchas penurias, sólo así se alcanzan los objetivos.
No
hay un camino corto que sea fácil,
por ejemplo no hay una forma rápida para hacerse millonario, pues hasta robar
un banco tiene sus riesgos, su planeación y lleva su tiempo. Tener un gran
trabajo con un sueldo acorde tampoco es fácil, primero hay que estudiar por unos
20 años de su vida, después trabajar de miles de horas con un salario escaso,
ganarse el reconocimiento de jefes y compañeros y aun así pasan bastantes años
antes de llegar a esa oficina en un gran edificio con vistas espectaculares de
la ciudad.
Puede
que para muchos, vivir sea solo dormir, comer y respirar, pero eso mis
estimados, no es vida… podemos decir que vivir es despertar cada día para encontrarse
con miles de retos, alegrías, penas, oportunidades, amigos, familia, aprender,
enseñar, logros y fracasos, y aun así al llegar a la hora de dormir, esperar
con ansia lo que nos deparara un nuevo día.
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