Como tema recurrente en el blog
está el conformismo con el que se convive a diario, con la aceptación de la
mediocridad del entorno y esas odas a
la autocomplacencia que son parte del día a día. Lo preocupante no es que
aquellas personas con poder sean así, ya que históricamente siempre ha sido de
ese modo, lo que es frustrante y que me hace entrar en cólera es que nadie hace
absolutamente nada, y los pocos que se atreven son vistos con malos ojos, ya
que no “pueden hacer nada para evitarlo”
¿Por
qué dicen que no pueden hacer nada? Es simple, porque a la mayoría le han
enseñado que nunca podrán cambiar nada, que los gobernantes siempre tiene la
razón, que son intocables y que nosotros –como ciudadanos- tenemos la única obligación
de ser obedientes y serviles... ¡Vaya piltrafa de sociedad! Que prefiere
sobrevivir con migajas que luchar por lo que es bueno, justo y correcto.
¿Pero
acaso no se dan cuenta de la realidad? Que están jodidos por simple gusto, porque al final los que elegimos somos
nosotros, somos mayoría y no importa lo que algún gobernante de ningún nivel
crea, diga o piense, si somos toda una nación y les permitimos que nos
pisoteen, humillen y roben, los culpables no son ellos, sino todos aquellos que
no hacen absolutamente nada, que solapan y hasta disculpan esas acciones, convirtiéndose
en cómplices.
Vergüenza
y rabia es lo que deberían sentir, por que como ciudadanos y como sociedad se ha
fallado, porque en vez de asegurar un futuro mejor para los suyos, los condenan
a mas privaciones, a vejaciones inimaginables y sobre todo a esperar dádivas
para poder sobrevivir, mirando como salvador a aquellos que en la realidad los
condenan a vivir en miseria.
Como
ya lo he escrito antes otro de los grandes problemas es que como sociedad, se
ha acostumbrado a repartir culpas; si los jóvenes no aprenden es porque los
maestros son incapaces, si los ricos y poderosos roban y evaden sus
obligaciones es porque el gobierno no hace nada, si los gobernantes son unos incompetentes
es por que pertenecen a cierto partido político, que si las autoridades no
ofrecen seguridad y son corruptas prácticamente a cualquier nivel… pero ¿acaso
se han cuestionado acerca del verdadero culpable? ¿Quién es el primero en
ofrecer una mordida antes que pagar su multa? ¿Quién es el que prefiere vivir
en las telenovelas y el futbol a preocuparse por lo que los jóvenes aprenden en
su día a día? ¿Quién es el que prefiere quedarse en su casa, recibir una
despensa y regalar su voto a buscar un futuro mejor? ¿Quién es el que tolera
todas esas injusticias y prefiere “hacerse de la vista gorda” o voltear a otro
lado? Pues ese es el gran culpable, ya lo dice el dicho “no es culpa del indio,
sino del que lo hace compadre.”
Es
por eso la pregunta que le da título a este post “¿Qué nos queda?” si cada
quien prefiere ignorar la realidad, pensar que todo está bien, y prefieren
esperar una especie de mesías que los salve. ¿En qué momento la sociedad
comprenderá que mientras no haga nada, ninguna cosa cambiará? Sólo nos queda
esperar que cuando llegue ese momento no sea muy tarde, pues cada día que pasa
nos despoja de lo nuestro y puede que mañana no quede nada que salvar.
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