Cuando te vi por primera vez, fue algo
verdaderamente hermoso, deslumbrabas ante mis ojos... Fue como salir de la
realidad y encontrar por fin esa fantasía de las que todos hablan, en ese
momento no supe por qué, pero me sentí feliz ante esa imagen. Y es que en esa
habitación había otras 40 personas o incluso más, pero no importaba el centro
para mi eras tú, no importaba nada más en aquel lugar, sólo esa bella mujer que
se encontraba ahí.
Grata
fue mi sorpresa cuando te acercaste a mí, no supe por qué, pero venias directo
a mí, ¿o no? tal vez me confundí y ya ibas de salida... o quizás te dirigías
con tus amigas o probablemente hacia aquel chico cerca de la puerta... ¿Cómo
saberlo? Sólo podía esperar y confiar en mi suerte.
Por
alguna razón que aún no alcanzo a comprender, te dirigiste a mí, y me hiciste
un par de preguntas, que debido a mi nerviosismo, apenas pude contestar, y no
es que tartamudeara, ni que se me olvidaran las palabras, sino que fui bastante
seco, quizás no tan gentil como tu esperabas o cómo hubiera deseado hacerlo. En
fin, sólo recuerdo vagamente que entre
otras cosas, necesitaba unas indicaciones ya que, habías llegado a aquel lugar
por error y deseabas salir; lo recuerdo porque me amargué al saber que
probablemente no te volvería ver jamás.
Pasé
días y noches pensando es esa chica, porque a falta de otras palabras era
perfecta, no por su físico, no por su mente brillante, sino porque era como
descubrir a la mujer que siempre desee, para mis ojos eras una diosa encarnada.
Pase largas horas de esos días fantaseando contigo, y no de manera lasciva, de
hecho deseaba haber usado otras palabras, ser de mucho más ayuda y mostrarme más
caballeroso contigo, pero ya nada podía hacer.
Con
el pasar de las semanas ya prácticamente había olvidado esa experiencia, y es
que la vida continua, tenía múltiples cosas pendientes y no podía seguir
deteniéndome. Mil cosas que hacer en un lado, otras tantas por allá, unas
cuantas acá y yo distraído, porque de alguna forma cada cosa que veía me traía
a la mente tu rostro, tan lindo tan perfecto que, parecía un ángel.
Me
sentí el ser más afortunado al saber habías llegado justo donde me encontraba y
no sólo eso seríamos compañeros, compartiríamos varias horas al día juntos...
simplemente no podía creer mi suerte. Y lo mejor fue que me reconociste y me
diste las gracias por aquel día; ya que gracias a eso habías cumplido tus
compromisos y ahora estabas ahí. Desde ese momento no me aparte de ti para
nada, sabía que si quería compartir algo contigo tenía que averiguarlo todo de ti,
saber que te gustaba, que odiabas, que cosas deseabas y cuales aborrecías.
A
pesar de todo congeniamos bastante bien, me agradaba tu forma de ser y
aparentemente admirabas la mía. No paso mucho tiempo cuando por fin cumplí uno
de mis sueños: Salir contigo e iniciar una relación más allá de la amistad;
ahora seríamos pareja.
Algunos
se sorprendieron de aquel hecho; unos preguntaban "¿qué le habrá visto
ella?" otros por su parte "¿qué tiene él, que no tenga yo? incluso
estoy mejor" lo más absurdo fue
cuando alguien me preguntó por mi decisión, y me señalo a una mujer sentada en
la esquina diciendo "¡mírala! Ella está mucho más buena"... Me costó
contenerme y no lanzarle un golpe... ¿Cómo aquel sujeto se atrevía siquiera a
compararte con esa mujer? si tú eres la viva imagen de una musa, de una diosa...
Afrodita debe sentir envidia al mirarte y notar que eres mucho más bella.
Compartimos
de todo: momentos felices y tristes, instantes emocionantes y aterradores,
románticos y cómicos, en la intimidad en verdad era como si fuéramos uno solo;
y esto no quiere decir que nuestra relación fuera perfecta, tuvimos altibajos
como todo el mundo. Pero yo sabía que había encontrado lo que otros tardan toda
una vida en encontrar... una felicidad plena con una mujer que no solo amaba,
deseaba con todo mí ser.
Al
principio, como todos, hacia planes en mi mente, donde me veía compartiendo el
resto de mi vida contigo, recorriendo este mundo y, sus aventuras y desventuras
a tu lado. Para mí ya no importaba la que la vida me deparará, podía afrontarlo
todo si estas a mi lado.
Para
mí era una bendición poder despertar a tu lado, no siempre se podía claro está,
aun no podíamos hacerlo, pero cuando había oportunidad... era lo mejor. Muchas
veces despertaba en la madrugada sólo para verte dormir y apreciar esos
momentos, instantes que atesoro con toda mi alma.
Me
di cuenta que estaba totalmente perdido por ti, cuando ya no imaginaba un
futuro a tu lado, no. Contrario a lo que la mayoría pensaba; me di cuenta que
estaba ya loco por ti, y que te tenía tan adentro de mí ser, que mis visiones
eran imaginar un mundo sin ti, una vida donde tú ya no estés: mi peor
pesadilla. Un lugar donde ya no estés es totalmente gris, sin alegría, sin
emoción... sin sentido.
Me
supe adicto a ti, cuando un "¡te quiero!" ya no bastaba ni siquiera
un "¡te amo!" Y es que
simplemente no había palabras para decirlo, te necesitaba más que al oxígeno,
te deseaba más que cualquier cosa, y haría lo que fuera por seguir a tu lado
para siempre. Ya nada más importaba; si era necesario mandar todo, absolutamente
todo al demonio, juro por mi vida que lo haría sin pensarlo. Si tú me lo
pidieras atravesaría mil infiernos sólo por estar a tu lado, si fuera necesario
haría hasta lo imposible por ti.
La
pregunta es ¿me amas del mismo modo? ¿Realmente me quieres lo suficiente para
seguir a mi lado ante cualquier cosa? ¿O sólo estoy viviendo una fantasía
destinada a terminar? Lo único que sé, es que todo valdrá la pena si eres capaz
de mirarme a la cara y decirme que me amas tanto, como yo a ti.
Para mi amigo Matt,
ya que esas simples líneas que has escrito me han hecho encontrar nuevos
aires...
Ya lo dijo el maestro Pablo Neruda “Es tan corto el amor y tan largo el olvido.”
ResponderBorrarLo que haría sin la persona que amo no tiene cabida, lo que hago y deseo hacer con él y para él hoy y en el futuro es lo que le da trascendencia a mi vida.
ResponderBorrar