Yo sé que podría ser bastante
repetitivo en el tema, pero la verdad es que por donde se mire, siempre hay
gente con vendas en los ojos que no hace más que repartir culpas a diestra y siniestra sin darse cuenta que
muchas veces la culpa es únicamente de ellos. Y es que no molestaría en lo
absoluto si fueran unos cuantos, ya que al final es SU vida y si desean
desperdiciarla así, es su problema; la cuestión es que los puedes encontrar
hasta en tu propia casa.
Están,
por ejemplo, los que critican a las cadenas de comida rápida porque solo hacen alimentos
que engordan y se crean infinidad de mitos acerca de su procedencia –y no
pienso hablar de ellos, no voy a incentivar la paranoia de la gente- hay
incluso quienes dicen que es lo peor que puede existir. Pero ¿alguna vez se han
escuchado? Si cada vez que hacen la critica la comida RÁPIDA; pues es eso. Se
llama así por un motivo, porque su objetivo no es ser comida saludable, sino
algo que usted pueda comer cuando no tiene tiempo suficiente para preparar sus
alimentos, así usted puede ir, consumirlos tranquilamente y después seguir con
sus demás actividades.
Así
pues, no se puede condenar a ninguna cadena alimenticia, refresquera o empresa afín
por los problemas de salud –obesidad, diabetes, colesterol y demás- ya que
ellas, al final, no tienen la culpa; el verdadero culpable y causante de dichos
problemas es usted que no se modera en lo que come, que no hace ejercicio, que
no toma agua suficiente y no acude al médico con regularidad.
Como
ya lo he escrito en diversos post la educación que se recibe es, en el mejor de
los casos, mediocre y no sirve absolutamente para nada; si bien es obligación
de las entes gubernamentales otorgar educación gratuita y de calidad, cosa que
no se cumple, también es cierto que, nadie se preocupa por ser una persona con
buena educación. Y no me refiero a tener buen comportamiento –cosa que también es
importante- me refiero a tener siempre ganas de aprender algo nuevo, de razonar
e investigar. La mayoría –por no decir todos- se conforma con repetir lo que le
dicen en clase. Si a eso le agregamos los mantras
de toda la vida, como aquel que dice que las matemáticas son difíciles pues
tenemos, como resultado, un gravísimo problema educativo.
Están
–o mejor dicho, estamos- los que se quejan amargamente de las políticas gubernamentales
aprobadas a lo largo de los meses y de las repercusiones que tendrán en el
mediano y largo plazo. Si bien es cierto que nosotros como ciudadanos no somos
los que aprobamos directamente las reformas y estamos en contra de ellas, por
otro lado tenemos que ver el panorama completo. La culpa, estrictamente
hablando, no es de EPN, ni de sus cómplices los PRIistas; la culpa la tienen
aquellos que vendieron su voto por una tarjetita o por una despensa, aquellos
que votaron por ese candidato, por ”guapo” y demás sandeces, los acarreados que
llenan las plazas por una simple torta y después no hacen nada. Los culpables
son los políticos que nada más nos ven la cara de imbéciles –y en verdad la
tenemos por qué se los permitimos- por ejemplo los partidos supuestamente de
izquierda que en vez votar en contra de
todas y cada una de las reformas, se sumaron a algunas y a la hora de la venta
de PEMEX, prefirieron salirse de las votaciones, aparentemente “se les olvidó”
que no son mayoría y que aun sin ellos hay quorum para votar y aprobar. Yo
prefiero mil y un veces un político que aunque sepa que va a perder de la cara,
a unos cobardes que prefieran huir y dejarnos a la suerte; y después para colmo
se rasguen las vestiduras diciendo
que ellos no aprobaron nada y repudian las reformas. ¿Pues a que estamos
jugando?
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